Crianza y Educacion : Rabietas.

11.10.2019

Jessica Soto . Psicóloga i Coach.

Para entender cómo se desarrolla una rabieta
debemos empezar por entender el cerebro de
los niños, se divide en tres, el cerebro
reptiliano o primitivo, el cerebro límbico o
emocional y el cerebro racional o neocórtex.
Entender el cerebro permitirá entendernos y
entender a los niños, pudiendo lograr un mayor
autocontrol y gestión de las emociones.
El sistema límbico se encarga de organizar
y conectar la percepción y emoción (sorpresa,
miedo, angustia, afecto, alegría,enfado, ira...).
Dentro de este sistema se encuentra la
amígdala cuya principal función es integrar las
emociones con las respuestas a estas, lo que
provoca una respuesta a nivel fisiológico o la
preparación a una respuesta conductual.
Conociendo el funcionamiento del cerebro nos
ayudará a darnos cuenta de cuando no
debemos intervenir, sino esperar a poder
acceder al cerebro racional.
Una vez que ha iniciado la rabieta, un niño
pequeño es incapaz de parar hasta descargar
esa tormenta emocional que le ha desbordado.
No comprende las consecuencias de lo que
hace. Ante una rabieta primero debes ayudarle
a calmarse, es lo más respetuoso ya que no
tienen los recursos necesarios para gestionar
la situación y podemos mostrarles como
hacerlo. Todavía tienen dificultades para
controlar sus deseos, su tristeza y hasta su
alegría. Su cerebro aún no ha alcanzado el nivel
de madurez para poder lograrlo.

ESTRATEGIAS PARA
CALMAR UNA RABIETA

Es importante conectar con el
niño, validar sentimientos, ponerse
en su lugar, empatizar, podemos
ponernos a su altura y mirar a los
ojos. De ese modo les ayudaremos
para que aprendan habilidades en
la vida, como el autoconocimiento
y autocontrol, además estaremos
educando desde el respeto mutuo,
comprendiendo y valorando al otro,
su forma de ver las cosas, su actitud
ante lo que le sucede, sus
necesidades e inquietudes. Cuando
existe respeto, se está a favor de no
juzgar, ofender, rechazar o
despreciar. Es primordial la actitud
de los adultos ante las rabietas, los
niños aprenden a través del
ejemplo, si tu gritas, él gritará... su
aprendizaje dependerá de los
mensajes que el adulto con sus
reacciones y comportamientos
muestren.
Se pueden utilizar algunas
estrategias como por ejemplo
ofrecerles un tiempo fuera de
manera positiva y respetuosa
donde puedan desconectar y
calmarse con ayuda del afecto que
el adulto le proporcione, una zona
con elementos relajantes como
juguetes tranquilos, libros y otros
objetos que inspiren paz y
serenidad.
Posteriormente cuando ya sean
capaces de razonar se les puede
enseñar a negociar, que aprendan a
alcanzar sus objetivos y cuál es el
camino correcto para conseguirlo.

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